La Nube consiste en un amplio espacio recubierto con telas que, por gravedad, forman grandes volúmenes que penden del techo. El espacio es recorrido por los participantes con un espejo manual que se coloca bajo los ojos. De este modo se crea un organismo envolvente que se percibe en unidad con el cuerpo de quienes la recorren. La experiencia despliega la sensibilidad y la sorpresa despertando otros modos de percibir la realidad.
La propuesta incluye también otros espacios y obras como Los Refugios de la Mirada, Los árboles Núbicos y un ámbito para la reflexión. Cientos de metros de tala serán desplegados para generar un espacio envolvente de características orgánicas.
Embalaje de Refugios de la mirada
Foto: MB
Mireya retocando. Cristian observando
Foto: lunes. (néstor castell)
El pensamiento
Hoy resulta fácil darse cuenta de que somos parte de una plena transformación del mundo. Un mundo que ya no puede sostener sus viejas miradas e ideas, por más arraigadas que parezcan, se resquebraja por todas partes. Se trata de rupturas de antiguos modelos, que ya no contienen a nadie, ni ofrecen una realidad que pueda ser disfrutada ni vivida plenamente. Esas rupturas -que en principio pueden preocupar y desesperar- abren también una gama de nuevas y maravillosas posibilidades… fundamentalmente, volver a conectarnos con nuestro origen, con aquello que fuimos olvidando y acallando, con las verdaderas preguntas, con el asombro y sorpresa por lo que nos rodea.
El proyecto de la artista Mireya Baglietto surge de estas profundas convicciones: la necesidad de construir un mundo a escala humana, a través del estímulo para desarrollar las percepciones y la imaginación de hombres y mujeres, desafiando y quebrando los sistemas simbólicos existentes. Así nace el Arte Núbico, una propuesta social del arte con proyección espiritual y educativa.
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